Exposición del Grupo en la Audiencia Pública de la Reforma del Código Civil

Sres. Integrantes de la COMISION BICAMERAL PARA LA ACTUALIZACION Y UNIFICACION DE LOS CODIGOS CIVILY COMERCIAL DE LA NACION

La identidad no la hace la biología

Los padres adoptivos de hoy nos sentimos agredidos cada vez que escuchamos que representantes de distintos poderes, desde su ignorancia y falta de argumentos al hablar acerca de la adopción se remiten, y hacen analogía con los hechos sucedidos en la dictadura militar.
Y nuestra gran preocupación es que este tipo de pensamiento termine plasmándose en los artículos de las leyes que hoy se discuten aquí. Porque estas discusiones terminarán indefectiblemente formando parte del código, si no logramos que entiendan la postura de los protagonistas.
Nos enfrentamos desde hace un tiempo con pensamientos fundamentalistas en muchas áreas. Pero a diferencia de los niños cuya capacidad de entender es limitada, hay ideas que, nosotros los adultos podemos no compartir, podemos disentir, pero indefectiblemente tendremos que tolerar y acatar. Los adultos tenemos capacidad para comprender determinadas situaciones que los niños no, decisiones que condicionaran su futuro.
En el área de la niñez si estas ideas logran concretarse y ser el fundamento para la construcción de las leyes, lejos de beneficiar a los niños, ya está comprobado que hoy llevadas a la práctica los perjudican.
Actualmente, a raíz de utilizar la ley 26.061, cada uno a conveniencia propia, para los menores vulnerados, se utiliza el principio de que sean víctimas de su propia biología, se trabaja para que se resignen a padecer indefectiblemente su "destino de cuna", y cuando los trabajos de vinculación ya determinan que ni su padre, ni su madre podrán hacerse cargo, comienza una cuasi cacería de parientes dentro de su árbol genealógico para que el menor obligadamente permanezca allí.

Obviamente avalamos que este trabajo de revinculación se realice, porque por un lado, lo indica la ley, y por otro, porque es el derecho de todo niño a permanecer con su familia de origen.
Pero como cada caso es particular, habrá niños en donde lo mejor será que queden con sus tíos o abuelos, pero para otros esa no será la mejor opción.
El Estado debe implementar las políticas sociales tendientes a revertir los motivos por los cuales el  niño fue separado de su familia, pero las políticas sociales no despiertan instinto maternal en quien no lo tiene. Las políticas sociales no deben consistir en planes otorgados a cambio de conservar el niño, sino que deben basarse e implementarse de acuerdo al “interés supremo” del mismo y quedar al servicio de el.

Las políticas sociales no deben dejar a un niño a la espera de que quien no puede ni podrá hacerse cargo del rol paterno o materno durante años. Una ayuda económica podrá torcer aquello que aparece como un destino de cuna, determinado por la condición socioeconómica o el nivel educativo de los padres, pero no modificará la situación de niños vulnerados por abandono físico, víctimas de violencia y abuso de todo tipo.

¿Y los intereses de los niños? Son tenidos en cuenta?, Solo son obligados a permanecer dentro de los límites de su árbol genealógico.
No es justo para un niño, y no son respetados sus derechos cuando se fuerzan vínculos en donde no los hay, y solo en aras de respetar una ley que dice que debe permanecer con su grupo de origen.
Los vínculos se construyen independientemente de la biología, y no hay traumas, ni violación de derechos, así como ni un mínimo signo de apropiación en la adopción cuando es legal, y cuando el Estado garantiza todo el procedimiento.
Hay funcionarios que hoy siguen hablando de que en la adopción se apropia la identidad, y a ellos les pedimos que reflexionen acerca de lo que expresan, y les pedimos también que salgan de sus escritorios y hablen con los hijos adoptivos. No deben confundirse igualando adopción con pérdida de identidad.
En la adopción se le da calidad de HIJO a un niño, y su IDENTIDAD se seguirá construyendo con su nueva familia adoptiva, respetándole su pasado, y construyendo su presente y futuro.
La condición de "hijo" dentro de una familia es única e irrepetible y una familia adoptiva le respetará uno de sus principales derechos, la familia.

Ya no existen más las adopciones a escondidas de antes, en donde muchas cosas sucedían por ignorancia, por vergüenza, y menos que menos tienen que mencionarse las apropiaciones de la dictadura militar, que constituyen un delito repudiable.
Los padres adoptivos nos podemos aguantar muchos de los prejuicios y los calificativos dichos desde la ignorancia, pero estamos dispuestos a pelear por modificar el destino de los niños que, en contra de sus intereses, en perjuicio de su psiquis y muchas veces poniéndose en riesgo sus vidas, son forzados y obligados a revincularse con quienes han vulnerado sus derechos.
Nos presentamos a la sociedad, convencidos de ser la mejor opción para un niño privado de los cuidados de su familia de origen y encontramos los mayores prejuicios en las autoridades, no en el resto de la sociedad.
Notamos la falta de responsabilidad del Estado, con todos sus actores, Poder Ejecutivo, entiéndase Dirección o Secretarías de Niñez y  Poder Judicial, los Jueces de Familia, quienes son los únicos y mayores responsables tanto si a un niño se lo priva de vivir con su familia biológica, como cuando no se le permite vivir dentro de una familia adoptiva.

En tanto se actúe asi nunca habrá niños que teniendo la posibilidad de tener una familia que los quiera, sean declarados en situación de adoptabilidad.

Incorporaríamos en los artículos de la ley, precisamente la RESPONSABILIDAD Y PENA DE QUIENES NO DECIDEN EN TIEMPO Y FORMA EN EL AREA DE NIÑEZ, porque nadie es sumariado, ni observado en su inoperancia. Cuando se toman años en elaborar los informes, cuando les roban años de su infancia y disminuyen sus posibilidades de adopción.

Es indispensable que haya una pena para quienes no cumplen la ley que también tiene que estar presente en esta parte del código. Porque llevamos años de ejemplos perversos en donde las víctimas son los niños y no hay castigo para nadie de los que se “equivocaron” en los procedimientos, en los “protocolos” que dicen respetar.

Y es la Corte Americana de Derechos Humanos la que sostiene la importancia de que los procedimientos administrativos y judiciales que conciernen a la protección de los derechos humanos de personas menores de edad, particularmente aquellos procesos judiciales relacionados con la adopción, la guarda y custodia de niños y niñas que se encuentran en su primera infancia, deban ser manejados con una diligencia y celeridad excepcionales por parte de las autoridades.
Incorporaríamos también que los INFORMES PSICOLÓGICOS, tuvieran otra instancia de control para que no quedaran a merced de un solo grupo de gente que los implemente a su antojo e ideología. El destino de muchos niños quedan en escasa cantidad de profesionales que argumentan falta de recursos para sus tareas, pero que a su vez los consumen solo forzando caminos en donde no existen. Hoy la bajada de línea política, dicho por estos profesionales, es de NO ADOPCION.

Porque la familia es un vínculo afectivo necesario para que todos nos constituyamos  como sujeto.

Los profesionales deben poder comprender que es perfectamente posible que alguien elija un plan de vida que no incluya al niño, y que en este tipo de casos el Estado no puede reemplazar con su moralidad la elección ajena, así como tampoco forzar un vínculo donde el deseo afectivo no se encuentra presente.

Y es en este escenario donde se ve gravemente perjudicado el interés superior del niño, ya que es el Estado el que debería guiar las circunstancias del caso, por cuanto al imponerse un vínculo forzado no se estaría satisfaciendo el derecho del niño a una familia.

Es fundamental pensar la adopción como una instancia de génesis familiar, de surgimiento de una nueva organización interna y externa de la familia, cuando los familiares biológicos deciden que no quieren o no pueden proveer esa instancia.

Así como no hay padre o madre sin un hijo que los reconozca como tales, no hay hijo sino no hay un adulto que asuma ante el la paternidad y lo reconozca como hijo. Y esta relación dialéctica pasa por el reconocimiento, yendo más allá de lo biológico y de lo jurídico.

Toda relación vincular o de parentesco entre hijo/a y paternidad se encuentra fundada en la adopción. No basta el engendramiento biológico para la constitución de una relación de filiación. El proceso mediante el cual una niña o niño deviene hijo, es un proceso simbólico de inscripción y no un acto meramente biológico o natural. Así, la filiación es en sentido estricto una adopción simbólica.

Con respecto a conocer su identidad dice Miriam Medici Horcas: De lo que hay que hablar no es de que el niño tiene derecho a conocer su identidad, porque la identidad es su familia biológica y su familia adoptiva, lo correcto sería hablar de que el niño tiene derecho a conocer la primera etapa de su vida, o a conocer sus orígenes, pero no su identidad, porque sino, lo dejo sin presente y sin futuro.

Que el niño o niña conozca sus orígenes en algún momento de su vida, no implica que hasta ese momento coyuntural no haya tenido identidad, lo trascendental de ese acto es la resignificación que hará de su historia. Los padres adoptivos seguiremos construyendo su historia, respetando la identidad que trae, colaborando en la identidad que seguirá moldeando por la conjunción de muchos factores entre los que se encontrará su biología.

Nuestras vidas no solo se componen de los lazos biológicos, somos seres sociales y conformamos grupos en donde entre otros están los familiares, pero también hay una diversidad de gente con la que nos iremos relacionando y formando otros vínculos,  y cada uno en su vida le dará la importancia que quiera y pueda a los mismos.

Si la biología no condiciona nuestros vínculos de grandes porqué deberá condenarnos en nuestra infancia solo por el hecho de no cortar el lazo biológico. Las relaciones deben conservarse en tanto sean beneficiosas para el niño, en tanto no se le vulneren sus derechos, en tanto sea respetado su “interés supremo”.

Pedimos, rogamos que los artículos de la ley 26.061 no sean interpretados de manera fundamentalista y solo leyendo a conveniencia porque dentro de los derechos está el de ser escuchado, de tener una familia que los ame, independientemente de ser la biológica.

A manera de conclusión nos preguntamos. De qué servirá una nueva ley si en el Poder Ejecutivo dice recibir  orden política expresa para que los niños no se le permita la vía de la adopción, aun con informes médicos y denuncias de profesionales. Hoy el Poder Ejecutivo, léase área de Niñez, nos ve como un fracaso  y no como una opción noble y digna para un niño.

Y esta ley tan esperada para muchos en realidad será para unos pocos.